
UK es el mercado de ecommerce más maduro y más grande de Europa. Ocupa una posición muy avanzada en cuanto a la economía digital, es el líder en cuanto a tamaño del mercado y en el gasto medio por comprador.
El 20% de los comercios online del Reino Unido venden en países de la Unión Europea y el 6,12% del PIB del Reino Unido procede de las ventas online, por lo que el Brexit podría tener implicaciones negativas destacables para ambas partes. Por supuesto, el nivel de impacto del Brexit dependerá de cuál sea su resultado final, pero:
¿A quien le afectará más el brexit?
Que Reino Unido se separe de la UE se suma a la lista ya prolongada de incertidumbres políticas, económicas y financieras con la que ha arrancado este 2016.
Las estrechas relaciones comerciales y financieras del Reino Unido y Europa se verían restringidas con el 'Brexit' y quedarían a expensas de las negociaciones posteriores para definir un nuevo marco de relaciones entre ambas partes.
Los consumidores británicos son mucho más propensos a hacer compras online, gastando un promedio de 3.625€ en 2015. El 36% de los compradores británicos dijeron el año pasado que habían comprado artículos online en otros países. La pérdida de acceso al mercado europeo provocará, probablemente, una subida en los precios para los consumidores del Reino Unido.
Por otra parte, la libra debilitada (moneda británica) también provocará que los precios europeos sean algo más caros para los británicos, con lo que con la incertidumbre macroeconómica y los recortes en las tasas de interés, la demanda de los británicos se verá en cierto modo ahogada.
Teniendo en cuenta que el Reino Unido es el mercado más maduro de Europa, su salida supone un retroceso para el comercio electrónico europeo. El Reino Unido ha sido históricamente defensor de un enfoque más liberal hacia las tecnologías innovadoras y modelos de negocio, tales como la economía colaborativa y ha sido un player importante en los debates en curso sobre la Digital Mercado único.
Aun que muchos británicos hacen una lectura pesismista de la situación, no sin motivos, se ha abierto una ventana para los mercados de comercio electrónico emergentes como por ejemplo Alemania, Francia, Irlanda, Paises Bajos.